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domingo, 1 de septiembre de 2013

El mal del viajero

Hace mas o menos un mes y medio llegue a Helsinki de vacaciones. Ha sido muy emocionante descubrir un pais tan opuestamente diferente al mio, y me ha dado muchisimo material para escribir pero en este post voy a hablar de algo general, muy pronto se vienen los posts sobre escandinavia.

"El mal del viajero" es una expresion auto-inventada para explicar este malestar que siento cuando viajo. En Francia, tenia un amigo italiano que como a todos los italianos, le encanta la comida en su pais. Pero cada vez que lo invitaba a comer pizza rechazaba. La masa es horrible, el queso no sabe a nada, el tomate es enlatado. A mi la pizza en la ciudad me parecia deliciosa, y me parecia que Francesco era un quejetas esnob. Cuando fui a visitarlo en el sur de Italia, entendi completamente a lo que se referia. Nunca en mi vida habia probado una masa tan deliciosa, un queso tan fresco un tomate tan sabroso, un aceite tan delicado como en su tierra. Desde entonces, cualquier pizza, pasta o parmigiana que coma ya sea en los lugares mas elegantes o en el hueco del barrio nunca me sabra igual que aquella pizza. Esto es lo que llamo "el mal del viajero".

 Recientemente tuve una recaida de este mal, justamente aqui en Finlandia. Los finlandeses son conocidos por ser excelentes marineros, tener unos magnificos saunas, estar a la vanguardia del diseño, y tener unos pescados y frutos del bosque exquisitos. Pero no por ser bailarines. Fui a ver un show de baile de los "scandinavian dancers", en el cual esperaba ver un poco de los bailes de la region o de Rusia, pero iban a bailar musica latina. No sabia que seria tan asqueroso. No bailaron ningun tipo de musica latina ni siquiera comercial pero musica gringa. Bailaban el tecno de Jennifer Lopez como si fuera falsa samba, a Pitbull como cha cha cha y a Beyonce como salsa de espectaculo gringo. Desde cuando Beyonce es latina? Todo esto con movimientos exagerados, un torso y una cabeza toscos y siempre con poca ropa actuando como si fueran estripers. 
Y lo peor: todos a mi alrededor aplaudian asombrados. En ese momento senti el disgusto que siente mi amigo italiano con la pizza extranjera, el mal del viajero en su apogeo. Esto no representa en NADA a la danza de ningun lugar en latinoamerica. La masa es horrible, el queso no sabe a nada el tomate es enlatado. Es la version barata de el eco de un cliche latino vehiculado por Estados Unidos: ser sensual, mostrar la piel y decir ay, ay, ay. Ademas es practicamente imposible mezclar salsa con samba en el mismo espectaculo pues son dos universos diferentes y Brasil no baila salsa. La salsa siempre se baila en pareja y es un juego, y no una especie de preambulo sexual por dios, he bailado salsa con mi abuelo! Pero yo tambien fui alguna vez victima de estos cliches. Cuando un amigo brasilero  vino a  Colombia no podia para de reirse al ver a las personas "bailando" samba lo cual parecia mas una clase de aerobicos, y yo alguna vez bailé samba asi, como un chimpancé excitado al son de aquella cancion "Samba de janeiro" que nadie en Brasil ha escuchado nunca.
El mal del viajero nos afecta a todos : a los mexicanos con el tex mex extranjero ( que los gringos llaman comida mexicana por tener tortillas de harina y pimienta barata), a los franceses con las crepes saladas de harina blanca (una crepe salada tiene que ser hecha con harina negra por dios!) o a los brasileros con la "caipirinia" a la que los gringos agregan hasta menta y hacen con vodka. 
Puede sonar esnob pero es dificil apreciar el falso eco de las cosas extranjeras cuando has viajado. Nunca podré tomarme una caipirinha como en Brasil, una cerveza como las artesanales alemanas, ver un buen flamenco como en el sur de Espana, disfrutar un sauna como en Finlandia, bailar samba como en Brasil o salsa como en Colombia,  comer un jamon como en Madrid,  una tortilla con frijoles como en Guatemala, o unos pancakes como en Estados Unidos. Siempre comeré con nostalgia, pensando en aquél momento glorioso en el que probé el verdadero. El unico remedio a este mal es aprender a hacer las cosas. Ahora deleito a mi familia con las pizzas o parmigianas hechas en casa, que la mama de Francesco me enseñó, o  mi mama nos prepara deliciosas tortillas de maiz guatemaltecas con frijoles negros, y les preparo auténticas caipirinhas a mis amigos. Y cada dia agradezco por ser de Colombia y no tener una gastronomia popular que me decepcionaria cada vez que viajo al extranjero.
Y como dicen en Colombia, zapatero a sus zapatos. Hay que comer local asi sean insectos, pues esa es la especialidad del lugar.  Por ahora me contentare con comer salmon fresco y pan negro, tomar white russian ,  ir al sauna empelota y nadar inmediatamente en el lago helado mas cercano. Y aun estoy a la espera de ver un baile tradicional finlandes .

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