Translate

lunes, 4 de septiembre de 2017

Al que madruga dios le ayuda

Hoy me levanté a las 4 de la mañana. Llevaba un buen tiempo sin levantarme tan temprano a menos que algo extraordinario sucediera como un vuelo matutino, o un viaje a algún lugar en carro. Hoy también se trataba de un viaje, esta vez de trabajo a una ciudad finlandesa llamada Jyväskyla situada digamos que en el medio de la nada, y debía tomar un tren a las cinco de la mañana. No estoy muy acostumbrada a viajar en trenes, ya que los trenes en mi país dejaron de funcionar hace décadas, pero ya que en Francia viajaba bastante en tren sé que una de las grandes ventajas es que basta con llegar a la estación unos diez minutos antes. No es lo mismo con el aeropuerto, claramente, ya que hay que pasar por todo el proceso de chequear maletas, pasar por seguridad y abordar treinta minutos antes. Recuerdo que cuando viajábamos a algún lugar desde Bogotá con mis papás siempre salíamos al aeropuerto con cuatro horas de anticipación. Vivíamos muy lejos del aeropuerto y los trancones de la ciudad eran impredecibles así que si teníamos un vuelo matutino, levantarse temprano, incluso a las tres de la mañana era la regla.

lunes, 6 de marzo de 2017

Mis viajes a San Petersburgo

Previamente les conté la experiencia de mi primer viaje a Rusia hace dos años. Era la primera vez que iba y estaba muy emocionada de conocer el país sobre el que tanto estudié y leí, ese país que por su historia también cambió la historia del mundo.

Después de aquella vez regresé a San Petersburgo con mi hermanita de turista, y volví a visitar los mismos lugares que había visitado anteriormente: la catedral de la sangre derramada, el Hermitage y el centro. Resulta que abril es la mejor época para ir a San Petersburgo porque no hay filas para entrar al Hermitage. Fuimos en Abril 2015 y no lo sabíamos pero Rusia entera se estaba preparando para las conmemoraciones de los 70 años de la victoria sobre Alemania nazi. Había una orquesta militar tocando afuera del Hermitage que nos dejó boquiabiertas, pues nunca había visto algo tan impresionante y que demostrara tanto poder y orgullo como aquella orquesta. En ese momento se acercó un periodista filmando para preguntarme qué pensaba de Rusia y de la orquesta y le dije que me encantaba y que estaba realmente sorprendida, al parecer esa respuesta le gustó. Era una entrevista para el canal militar. El clima era horroroso (algo a lo que ya estoy acostumbrada en Finlandia) y un día nos cogió la lluvia en la calle y nos metimos a la primera iglesia que apareció. Nunca había entrado a una iglesia ortodoxa no turística y lo que vi me sorprendió: mujeres con la cabeza cubierta besando retratos de santos, un señor barbudo cantando y sosteniendo algo en su mano, y todos observándonos como si fuéramos locas por no tener la cabeza cubierta y no besar pinturas. Salimos corriendo de allí y esa experiencia me dejó con ganas de conocer más de la verdadera Rusia, la historia de su gente, su comida, como viven los rusos de verdad. Por eso decidí regresar, esta vez junto a una amiga tailandesa cuya suegra es de San Petersburgo y nos propuso quedarnos en su casa.

viernes, 24 de febrero de 2017

Mi vida después del KonMari

Si nunca has oído hablar de esto, el KonMari es un método de organización desarrollado por una japonesa llamada Marie Kondo. Es un bestseller internacional del que nunca había oído hablar y me enteré de su existencia gracias a una amiga que estaba organizando su casa y me lo recomendó. Me dijo: "antes de botar algo, tienes que preguntarte si ese objeto te trae alegría. Si no te inspira alegría, agradécele por haber cumplido su propósito y bótalo con amor".
Me pareció absurdo al comienzo, porque nunca he tratado a mis objetos cómo a seres vivos. De hecho nunca he logrado entender el apego de los acumuladores a sus pertenencias, se apegan incluso a su basura y tengo una cierta repulsión pero al mismo tiempo curiosidad obscena por estas personas.