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miércoles, 31 de octubre de 2012

Eco-lógica


Recientemente me di cuenta que esto que llamamos ecología y su derivado comportamiento depende mucho de la cultura en la que crecemos. El ahorro de agua no es el mismo concepto si vives en el Sahara o si vives en el Amazonas. Claramente tendrás más cuidado con esta cuando te ha faltado. En Europa, en la mayoría de los países hay una enorme cultura ecológica, tal vez porque sufrieron tantas penurias durante la guerra y la comida, asi como el agua o la electricidad les faltó durante algún tiempo. En Francia la ecologia se aplica en el dia a dia: se toman baños cortos , se apagan las luces, todos los hogares reciclan plastico cartones y vidrios y nadie bota basura en las calles.  En Colombia el concepto (o la falta de él) varia.
Los colombianos estamos muy mal acostumbrados y convivimos con una cultura del desperdicio. Botamos muchísimas cosas sin importarnos a donde van a parar como si  nuestras basuras fueran un barril sin fondo mágico que desecha todo en el universo. Algunos amigos nórdicos me han hecho la observación de que aquí, las personas botan basura en todas partes (parques, calle, ríos) pensando que desaparecerán mágicamente pero la verdad es que se quedan allí durante meses/años e inclusive siglos. Estamos mal acostumbrados pues tenemos actitudes egoístas y de desperdicio pensando que no reciclamos porque ese es el trabajo de los pobres (recicladores)  o que si botamos algo en la calle, ya habrá alguien para limpiarlo. Somos perezosos y nos gusta desperdiciar pues nunca hemos sufrido la falta de nada esencial, y aunque nuestro país tiene una riqueza natural espectacular no nos importa cuidarla. Que nuestros desperdicios se vayan a doña Juana, que invadamos más terrenos que hubieran podido ser parques con nuestra basura, a quién le importa.
Yo pensaba así, hasta que llegué a Francia. En Francia, no tienes a nadie que limpie detrás de ti (con decir que una empleada del servicio gana 1500 euros mensuales,lo piensas dos veces), y tu eres responsable de tus acciones y de tu higiene asi como de la de tu ciudad. Obviamente los impuestos incluyen una taza de limpieza de la ciudad y cuando tu estas pagando para que  todo se vea tan limpio y bonito, solo quieres cuidarlo. Algo que me  incomodaba mucho al comienzo era tener que pagar el equivalente de mil pesos en el supermercado por una bolsa plastica. Pero después comencé a entender la lógica detras de esto. Cuando pagas tanto por simples bolsas, no las vas a seguir comprando tan seguido y vas a reutilizar las que ya tienes. Ademas, hay otros métodos de transporte: todos los franceses tienen en su casa lo que se llama un “caddie” (maletita con ruedas) que llevan a los mercados para meter sus productos.
Empezé a llevar mi caddie y descubri que era muy cómodo y práctico y no acumulaba innecesariamente bolsas plásticas, que además tiradas en la naturaleza toman siglos en descomponerse.
Ahora cuando voy al supermercado llevo mi maletita y la cajera, la empacadora y los clientes me miran como a un indio amazonico perdido en el centro. Pero yo soy feliz porque sé que estoy haciendo un gran gesto por mi pais aunque sea la unica. Sinceramente me molesta la costumbre de las bolsas plásticas y me molesta aún más que por la compra de tres productos te den lo mismo en bolsas. Si tan solo por llevar mi maletita me miran raro, estamos lejos de concientizar a la gente de que tan solo con reutilizar las bolsas plasticas hacen mucho por el planeta. Un dia vi a una paloma ahogandose con una bolsa plastica y traté de ayudarla pero se fué volando y supongo que murio ahogada. Hoy paloma, mañana pajaro, pasado mañana pescado, etc etc. Es importante que los supermercados paren de regalar estas armas por doquier pero también que nosotros con un simple gesto, las rechazemos.

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